Problemas de doblaje

Problemas de doblaje

En la toma perfecta, cuando el guion es bueno
y los actores fingen dignamente ser héroes,
el tiempo marca estrías, va apagando
uno a uno los focos y la banda
sonora se interrumpe.
Sensación de pantalla desgarrada
la insuficiencia siempre de vivir.
Qué frágil la película
que intentamos rodar en esas horas
para sesión privada y clandestina
en la pantalla interna de los párpados.
Un insípido tono pudoroso
de noche americana
en las irisaciones del deseo,
ni siquiera el siena matizado
del pasado incoloro nos acude.
Sueño de gabardinas
por calles satinadas de humedad,
labios muy densos, casi
negros desde la sala. Juventud,
cinta de celuloide erosionado,
un guión mediocre,
problemas de doblaje.

Aurora Luque (1962, Almería, España), Problemas de doblaje, Ed. Rialp, 1990

He intentado…

Vuelvo a oír el llanto
inclemente de la clepsidra.
La siembra de Selene.
Gerardo Guaza, 1961


He intentado
volver a hacernos una foto
como la del Lago Leman.
Pero no he podido.
Cuando hicimos esa foto
no habíamos discutido
ni una sola vez
y todo era perfecto
en la neblina.
Con el tiempo
nuestras bocas
han forcejeado
y han visto el azul
encendido
de la noche.
Hemos derramado
lágrimas y vida
en Valparaíso,
en Casablanca,
en Friburgo,
en Lausana.
Hemos hecho fotos
que han sepultado heridas
y puñales de agua,
hemos comprado imanes
para la nevera
y cuadros para nuestra casa.
Mi cámara persigue
la silueta de Ginebra,
y busca
en ti
una clepsidra
que robe el tiempo
y gota a gota
me lo devuelva.
Porque,
amado Lanzarote,
quiero volver
a hacer fotos
como esa.

Noemí Trujillo (1976, Barcelona, España); La muchacha de los ojos tristes. Poemas, homenajes y estrés; Parnasse Ediciones, 2011

Corte sirena

Corte sirena

Yo sé que hablamos de mi ansiedad femenina
y de plumplum, no de hacer el amor.
Pero vos no sabés que escribo poemas
sobre científicos y pienso cómo la sintaxis
te hace jugártela tan poco.
A todos los chicos que conozco les gusta el fútbol y lo juegan mal
menos mi papá que me dice siempre
peor es nada.
Yo creo que nada es mejor
pero los mensajitos van y vienen
sé que hay compromisos. Nada
nos detiene ni las razones que te dan a pensar
que algo quiero pescar.
Saber que no es fácil llegar me recuerda
todos los diálogos que tengo de noche
con los chicos de mi adolescencia
que nunca pude decirles no.
Quiero ser miss universo Perú
salir en la televisión
con un vestido blanco y negro
corte sirena diciendo:
Soy
Sofía de la Vega
Vengo de Tucumán
Mis medidas son:
las veces que me dijeron qué lindos son tus poemas
y vos contestaste se quieren acostar con vos.
No quiero escribir sobre cómo me dañás
sólo sobre cómo decís no saber manejar
tu baja autoestima.
Los autos se manejan nene, no las nenas.
Vos no escuchás
no pensás no interpretás.
Sé que estás dando lo mejor de vos
pero ya es tarde.
Las selfies se van amontonando
yo estoy muy atrapada entre vos y mi casa

Sofía de la Vega (1993, Argentina), extraído de CELOFÁN. Revista de poesía, 2016 (celofanpoesia.blogspot.com)

El día que pueda

El día que pueda

El día que pueda escribiré un poema sobre esto,
sobre hoy,
sobre lo mucho que duele
a veces
el amor,
sobre la impotencia
que se siente al saber
que todo
se curaría con un beso.

El día que pueda escribiré
sobre el vacío,
sobre la confusión,
sobre las lágrimas,
sobre los silencios y las amapolas.

El día que pueda escribiré
sobre los celos,
sobre la angustia,
sobre la soledad,
sobre la pasión y las tormentas.

Sí.
El día que pueda lo haré.
Pero hoy no.
Hoy no me siento con fuerzas.

Emma Cabal (1968, Oviedo, España); La mujer que tengo más a mano, Canalla Ediciones, 2015

Tiempo de rabaquetas

Tiempo de rabaquetas

II
Se aman
aunque no sepan qué es el amor,
y qué importa
en esta batalla contra el tiempo

importa la mano en la mano,
la mirada en la mirada,
el agitado abrazo de las ingles,
la ida y vuelta continua de una danza nocturna

no importan los conceptos,
lo que sea el amor,
ni como le llamemos,
camelia incandescente o fuerza de la entraña,

victoria del instinto.

III
Cuando manda el instinto
y una fuerza pareja del amor nos arrastra,
no importa si los años marcaron las miradas
o si ha perdido el tacto el modo adolescente.
En la mente se instala el día interminable
las lenguas que murmuran impiden nuestros pasos,
mas llegando la noche
reconstruyen los sexos los años que se fueron
desandan los caminos y vuelven a otro tiempo.

La luna de setiembre nos devuelve los cuerpos
con que nos deseamos hace tantas vendimias.

Marta Dacosta (1966, Vigo, España); de As amantes de Hamlet, Ed. Espiral Maior, 2003. Extraído de Amor en femenino, Ed. Manuscritos, 2018.

Si me permites

Si me permites

Si me permites
no te llamaré por tu nombre,
procuraré otros atajos
que me sepan conducir
al sitio donde las palabras amanecen,
al recodo donde las historias
se reconocen inútiles
y el azar pacta
a riesgo de sus mejores apuestas.
Si me permites
te desearé simplemente
como si invocara la lluvia
en la estación más seca,
aquella que queda
sin balbuceos
más allá de la aridez
del recuerdo
de lo que no fue.
Si me permites,
si hay un lugar donde yo pueda,
me haré cómplice en tu piel
y como un devoto feligrés,
fiel a los caprichos del deseo
te haré mía sin nombres
sin palabras, sin promesas.

Arturo Gutiérrez Plaza (1962, Venezuela); El cangrejo ermitaño. Antología poética, Ed. Visor, 2020

Curva de lorenz

Curva de Lorenz

Estoy hablando por teléfono con un amigo. No hay nadie
en casa, puedo escucharlo bien.
Él vive solo hace un tiempo. Siento la caída de la vajilla
amontonada que seguramente no lava hace días.
Comenzamos a hablar de la teoría del caos
en un sentido romántico. Creo que los científicos
son mucho mejores amantes que los poetas.
Ni mi amigo ni yo somos científicos
aunque tenemos ese deseo. Él tiene un tatuaje
de la curva de Lorenz del efecto mariposa. A mí me interesa
su relación con la teoría del caos. Nunca estuve obsesionada
por la armonía perfecta, prefiero el accidente
y sus resultados. Mi amigo coincide. Quizás en la curva
entre aquí y allá, entre un no y un sí,
entre seguir y reventar, alguien montó un desorden
delicado para nosotros. El aleteo de una mariposa
puede producir tornados que tiren
toda nuestra ropa colgada.
¿Un mail o la foto de un árbol
puede cambiar nuestro futuro?
Lo que no esperamos parece hostil
si no tenemos fe en la ciencia.

Sofía de la Vega (1993, Argentina); La idea es vivir cerca pero no encima, Ed. Liliputienses, 2019.

Encarnamos un ser

VI

encarnamos un ser.
Existimos.
Y nuestro amor es posible
pese a las sotanas que enlodan el suelo,
pese a la publicidad que solo arroja luz
hacia un calvero del bosque,
pese al gusano de la intransigencia,
y al malecón del odio.
Este cielo de luz suave
nos conoce
y cuando ya no estemos
distinguirá en la tierra a nuestros hijos.
Somos parte de ellos,
y al revés.

Ariadna G. García (1977, Madrid, España); Ciudad sumergida, Ed. Hiperión, 2018

No sé

No sé

Soy hermosa y mi piel es suave
y el viento del mar me devuelve rocío
de tiernas tersuras.
Mi cabello perfumo y adorno de áurea madreselva
y mi pecho es redondo y casi virginal.
Tuve un amante que ensalzó mis caderas
y mi forma de amar intensa y silenciosa.
Podría ser aún como un río de luz en tus brazos.
No sé qué te retiene, si furtivo, he visto
un destello de ardor en tu gesto al pasar.

Can I go forward when my heart is here?

No conozco la astucia,
no soy como la hoja del chopo
que en oruga se oculta y arracima
antes de dar su tierno cuerpo al viento,
soy clara y sin pudor,
soy entera y tajante,
y no sé seducir.

Clara Janés (1940, Madrid) Eros; Ed. Hiperión, 1981