Aprendiendo a leer el pasado y el futuro en las líneas de un poema

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Final de día

  Final de dia

Ara que només ets
un pètal dins de l’ambre del no-res,
ha d’haver-hi algun lloc on estar junts,
més junts que mai. Potser en aquest reducte
dels poemes. Doncs què són
si no poden salvar-te de l’oblit?
per si t’acostes a llegir-los, deixo
de nit el llibre obert damunt la taula.
 

Final de día

Hoy que tan solo eres
un pétalo en el ámbar de la nada,
ha de haber un lugar donde estar juntos.
Y más juntos que nunca.
Quizá en este reducto de los propios poemas,
pues ¿qué son si no salvan del olvido?
Dejo, por si te acercas y los lees,
cada noche, en la mesa, el libro abierto.

Joan Margarit (1938, Lérida-2021, Barcelona, España); Cálculo de estructuras, Ed. Visor, 2005. Premio Cervantes 2019. Traducción del autor.

Fue al alba

Fue al alba…

Fue al alba,
perdona por la hora.
Tus párpados del sueño callaban
debajo de mi almohada
y al irrumpir la luz primera
se dibujó en el blanco
tu entrecejo fruncido
y tu voz murmuró unas palabras.
En el candil
dejaste un gesto de fatiga
y luego
tu mirada me llamó
desde las rosas.
Corrí a abrazarlas
y me senté a la mesa
y en el papel vacío
seguí los trazos
que tu mano deslizaba.
Desenredó del miedo
el oculto sentido,
del miedo a ya no ser para ser con,
del miedo a no saber
si uno podrá abarcar esa divina mutación
de ser en uno dos,
siendo arrancado
y arrancando así al otro de la muerte.
Y en la página
tomó vivo sentido
la palabra resurrección.

Clara Janés (1940, Barcelona); Antología personal (1959-1979), Ed. Rialp, 1979

Esta es la gran tragedia del poeta

Esta es la gran tragedia del poeta:
el poema es el fósil de la poesía.
Ejemplo: ningún perro nos miró
jamás desde ningún verso.
Ejemplo: si se acerca la oreja al poema
comprobaremos que no respira.
Ejemplo: ni el mar ni las nubes leen.

Por eso las musas son espíritus
atravesados por un alfiler.
Y el poema, un amigo que te grita
desde la calle que salgas a jugar.
Es el billete de barco
que te promete salitre
y la posibilidad del delfín.

Diez años de poeta solo enseñan
que en los poemas no llueve.
Pero cuando afuera caiga la primera gota
tú, lector, la saludarás con familiaridad.
El poeta pretenderá que fue él
quien te presentó la lluvia.
Tú sabes que lo único que hizo
fue que desearas empaparte hasta los huesos.

Aunque luego seamos poeta y lector
de esos desagradecidos que usan paraguas.

Ana Pérez Cañamares (1968, Santa Cruz de Tenerife, España); La senda del cimarrón; Ed. Ya lo dijo Casimiro Parker, 2020

Secuencia

Secuencia

…Y si la verdadera patria del hombre es el idioma: las pausas, las curvas, sus ritmos informales, habré de callarme para recomenzar, frotarme las manos hasta que desaparezcan las huellas dactilares y en la explanada abierta de la palma poder sembrar carteles, opúsculos, las cadencias de mi sintaxis o la precocidad de un niño que, consciente de ser niño, muestra sus venas rotundas hacia el aire.

Marta Agudo (1971, Madrid, España); 28010, Ed. Calambur, 2011. Extraído de Sombras di-versas. Diecisiete poetas españolas actuales (1970-1991), Ed. Vaso Roto, 2017

La sombra sobre el papel

La sombra sobre el papel

Antes que el trazo,
la sombra sobre el papel,
como el cuerpo es amapola
antes que piel o carne
y el poema asombro, silencio, espacio
antes que palabra.

Qué frágiles,
absurdos, hermosos,
nosotros,
deseando perdurar en lo mutable,
en lo incierto y voraz,
definición de duda…
Así que amémonos,
dejemos al tiempo hacer lo suyo,
sólo somos pequeñas lumbres
al aire de la noche.

Esther Muntañola (1973, Madrid, España); Comiendo una granada, Bartleby Editores, 2017

Como un roce en sus labios

Como un roce en sus labios

Que alguien pase mis páginas, pues que debo perderme
en la oscura raíz de mi arboleda. Puedo
escuchar cómo gime el silencio, y ya soy
solo un roce en sus labios, aunque el escribidor
de versos solo sea alguien que habla de cosas que no entiende.
Que me recorra un soplo, y pueda yo alcanzar
—sin que quizás me entienda— a escribir cada día
una línea distinta para inventar la vida que me falta,
y me aprenda, y me olvide, pues me sé de memoria después de tantos años.
No deteriora el tiempo la belleza:
la perfecciona en otra manera de hermosura.

Mª Victoria Atencia (1931, Málaga); De pérdidas y adioses, Ed. Pre-Textos, 2005.

Residua

Residua

Corta la vida o larga, todo
lo que vivimos se reduce
a un gris residuo en la memoria.
De los antiguos viajes quedan
las enigmáticas monedas
que pretenden valores falsos.
De la memoria sólo sube
un vago polvo y un perfume.
¿Acaso sea la poesía?

Ida Vitale (1923, Uruguay), Sueños de la constancia, Ed. Fondo de Cultura Económica, 1988

Confidencias

Confidencias

Incapaz de elegir un pétalo de la rosa,
mi forma de ser me incita
a recorrer todo el tallo
investigar qué hay detrás de cada espina.
Soy de dos maneras como mínimo
no puedo expresarme con una tendencia,
rozo el compromiso, bendigo la aventura
y si me atrapa el amor
en sus redes desnuda, me implico.
Venero al sol tanto como a la luna
y aplaudo al silencio lo mismo que al grito.
Me alimento de la lentitud como de la prisa
y me apoyo en los libros
igual que en el brazo de una amiga.

Gloria Bosch (1959, Barcelona, España);  Una llamada tuya bastará para sanarme, Ediciones Carena, 2003.

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