Cuando espero

Cuando espero,
se adueñan de mí los ruidos de la escalera.

Parezco un perro que levanta las orejas
y se incorpora al escuchar
el silbido de un pastor en la distancia.

Me gustaría vivir en una casa vestida de colina
solitaria
y tener ventanales inmensos
y que fuesen mis ojos los cristales.

Quedarme en casa…
Quedarme en casa,
sumergida en los pliegues de las horas,
y no esperar a nadie.

Que los ojos escuchen
y se olviden del mundo.

Que me arrope el silencio
y respire en mi nuca
su suave indiferencia.

Que vivir sea esto,
sin palabras de aguja
ni rodillas de llanto,

con el tiempo desnudo al borde de la cama
y mi boca dormida en su tímido beso.

Ana Merino (1971, Madrid, España); Los días gemelos, Ed. Visor, 1997