Recuerdo el primer día que me separé de ti
estaba el puerto lleno de marineros blancos como estrellas
mientras hacían bailar sus peonzas los niños gritaban tu nombre
de pronto
la ciudad cambió de rumbo como si fuera un barco a la deriva
aún no sé cómo pude salvarme
ni qué ángeles ciegos condujeron mi huida
anoche
soñé que me volvía a perder en el túnel solitario
al despertar sentí tu mano suave
recordé que la dicha es un tesoro que poseo

Esperanza Ortega (1953, Palencia, España), Algún día, Ediciones Portuguesas, 1988. Extraído de Lo que va a ser de ti, Ed. Plaza & Janés, 1999