Aprendiendo a leer el pasado y el futuro en las líneas de un poema

dolor (Página 1 de 2)

Canción

Canción

Nunca fue tan hermosa la mentira
como en tu boca, en medio
de pequeñas verdades banales
que eran todo
tu mundo que yo amaba,
mentira desprendida
sin afanes, cayendo
como lluvia
sobre la oscura tierra desolada.
Nunca tan dulce fue la mentirosa
palabra enamorada apenas dicha,
ni tan altos los sueños
ni tan fiero
el fuego esplendoroso que sembrara.
Nunca, tampoco,
tanto dolor se amotinó de golpe,
ni tan herida estuvo la esperanza.

Piedad Bonnett (1951, Colombia); De círculo y ceniza, Ediciones Uniandes, 1989

Había olvidado el dolor

había olvidado el dolor
había olvidado que el agua corriente existe
que los armarios con ropa limpia existen

algunas noches me tumbo
sobre la arena de mis sábanas limpias
y repito nombres, nguilla liha lala
como si eso sirviera de algo

y me pregunto si alguien se acordará de mí
en el desierto

sukút significa silencio
ergét significa duérmete

una mosca azul en su turbante
bajo la noche la arena
sobre la arena la piel

Isabel Bono (1964, Málaga, España); Sukút; Ediciones Imperdonables, 2014.

Modo de empleo

Modo de empleo

Estuve al borde del cinismo.
Afilé mis palabras,
cultivé alusiones,
desgrané tristezas.
Casi pensé
que era importante un gesto impenetrable
y hacer como si el dolor fuera asunto de risa.

Pero no.

Hay que acariciarse los ojos.

También nosotros necesitamos amor para ser valientes.

Laura Casielles (1986, Asturias, España) Los idiomas comunes, Ed. Hiperión, 2010 (Este libro ganó el XIII Premio de Poesía Joven Antonio Carvajal y el Premio de Poesía Joven Miguel Hernández en 2011)

Muñeca de nieve

Muñeca de nieve

Y más triste que un cortejo de caballos sonámbulos
VICENTE HUIDOBRO

De niña hubiese hecho cualquier cosa
por ser la reina de los hielos

no sabía entonces que un día
me quedaría helada sin reacción
ante la muerte de papá
que sería un gélido maniquí
en una pista olímpica

ese frío duele más que la pubertad
duele más que el dolor
punzantes estalactitas te inmovilizan
son puñales dardos y tú la diana

soy una muñeca que no se derrite
que no puede sonreír bailar
amar y sudar hasta el amanecer

Silvia Rodríguez (1970, Las Palmas de Gran Canaria, España), Padresueño, Tragacanto Ediciones, 2018

También he llorado

También he llorado

Cuando alguien llora en la calle miramos
en general es una mujer la que llora,
es común verlas pasar llorando
y pensar que alguien le rompió el corazón
que algo le pasó a un hijo, a un padre
que la echaron, que está sensible,
pero nunca a un hombre he visto llorar en la calle
hasta hoy cuando paseaba y junto a mí pasó
un hombre llorando en silencio
caían lágrimas de sus ojos, lágrimas hasta su boca
y le habría tomado la mano,
su mejilla con la mía
y lo habría besado
sin decirle nada lo habría besado.

Milagros Abalo (1982, Chile); Esto es, Ed. Hueders, 2016

Apenas te pienso

Apenas te pienso 

(“Ni de ponerme un nombre te acordaste…”
Amalia Bautista)

Apenas te pienso
y ya te he olvidado.

Ni de dejarme
un gesto te acordaste.

Si no fuera por la cicatriz
de tus últimas palabras
diría que te inventé.

Pero tu voz
sigue doliéndome
bajo los guantes negros de lana.

Por eso, apenas te pienso
y ya te he olvidado.

Ángela Serna (1957, Salamanca, España); Del otro lado del espejo (tríptico), Grupo poético Espinela, Colección Candela de Poesía, 2000.

Desmemoria

Desmemoria

Separar de su función a la métrica.
Hacer un verso en dirección contraria
al pensamiento que quiere recordar.
Un verso que prediga que sus sílabas
son sólo la sutura de una historia
que el poeta no sabe que ha vivido.
Y, sólo así, irse de él como quien llega
a un sitio en el que nunca le esperaron,
para que el dolor no sepa a quién volver
muriéndose por dentro de imposible.

Carlos Contreras Elvira (1980, Burgos, España); El eco anticipado, Ed. Pre-Textos, 2011. III Premio de Poesía Joven de RNE, 2010

Qué tarde fue siempre para todo

qué tarde fue siempre para todo

pasado era los restos del desayuno
sobre la mesa del patio a merced de las hormigas
presente no había
la vida era flotar,
el murmullo sólido del agua
rozando las púas moradas de los erizos
futuro era la ducha en el jardín
antes de la merienda
el agua nunca volvió a ser más limpia
ni mi cabeza tan hueca
con el tiempo, aprendimos
a guardar las distancias
a guardar la ropa, a no nadar
a hundirnos con prudencia
sin sobresaltos sin drama
sin tiempo para tomar aire
a partir de ahora
cada uno será responsable de su dolor,
oímos decir

Isabel Bono (1964, Málaga, España); Lo seco, Bartleby editores, 2017

El día que pueda

El día que pueda

El día que pueda escribiré un poema sobre esto,
sobre hoy,
sobre lo mucho que duele
a veces
el amor,
sobre la impotencia
que se siente al saber
que todo
se curaría con un beso.

El día que pueda escribiré
sobre el vacío,
sobre la confusión,
sobre las lágrimas,
sobre los silencios y las amapolas.

El día que pueda escribiré
sobre los celos,
sobre la angustia,
sobre la soledad,
sobre la pasión y las tormentas.

Sí.
El día que pueda lo haré.
Pero hoy no.
Hoy no me siento con fuerzas.

Emma Cabal (1968, Oviedo, España); La mujer que tengo más a mano, Canalla Ediciones, 2015

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