Aprendiendo a leer el pasado y el futuro en las líneas de un poema

Aurora Luque (Página 2 de 3)

Aviso de correos

Aviso de Correos

Llamarán a tu puerta una tarde cualquiera.
Y no se sabe quién habrá dejado
en el suelo un paquete para ti.
MUY FRÁGIL, dice al dorso. Lo remite Pandora.
Albergue de montaña en el Olimpo.
Grecia la Vieja.
Sí, parece su otra caja,
la caja fascinante, la olvidada,
la que nunca abrió nadie,
la que escondía el Tiempo en algún zulo,
la que cruzara intacta por los mitos,
la que nunca extrajeron los viejos arqueólogos
ni indagaron los más serios poetas
y que -mira por dónde-
aparece en tu puerta, inesperada.
Contiene la mordaza, ya suelta, de Pandora,
venenos para dar a las palabras
que usurparon el trono tantos siglos,
ese brillo del no,
el cinismo de Hermes,
hondas para romper los espejismos
de las formas dañinas del amor
y palabras vibrantes y fresquísimas
dispuestas a pisar, como gacelas,
las lenguas gangrenadas e inservibles.
(Algo queda en el fondo. No lo mires.
Cuídate de Pandora: es el olvido).
Si llaman a tu puerta cualquier día,
si traen un mensaje de muy lejos,
mira la dirección del remitente
porque a veces los dioses, caprichosos,
rectifican el mundo en cajas nuevas.

Aurora Luque (1962, Almería, España), Carpe noctem, Ed. Visor, 1993

Problemas de doblaje

Problemas de doblaje

En la toma perfecta, cuando el guion es bueno
y los actores fingen dignamente ser héroes,
el tiempo marca estrías, va apagando
uno a uno los focos y la banda
sonora se interrumpe.
Sensación de pantalla desgarrada
la insuficiencia siempre de vivir.
Qué frágil la película
que intentamos rodar en esas horas
para sesión privada y clandestina
en la pantalla interna de los párpados.
Un insípido tono pudoroso
de noche americana
en las irisaciones del deseo,
ni siquiera el siena matizado
del pasado incoloro nos acude.
Sueño de gabardinas
por calles satinadas de humedad,
labios muy densos, casi
negros desde la sala. Juventud,
cinta de celuloide erosionado,
un guión mediocre,
problemas de doblaje.

Aurora Luque (1962, Almería, España), Problemas de doblaje, Ed. Rialp, 1990

Tópico

Tópico

Ya no atrapes el día —no se deja,
no es tan fácil ser dueño del presente,
persistir en la dicha o detenerla
para el trámite mínimo
de asignarle palabras.
Y ni al acariciar
las sienes o los pómulos o el pecho
que con furia deseas, cuando la luz parece
palparse con las yemas de los dedos,
estás lejos al fin de los vampiros:
la Utopía, el Vacío, la Memoria.
Amas para escribirlo solamente,
la dicha pide a gritos que un recuerdo
del futuro la abrace y la duplique.
No corras tras el día. Si no lo acosas puede
que se tienda sumiso
de noche en tu regazo.

Aurora Luque (1962, Almería, España), Problemas de doblaje, Ed. Rialp, 1990

Poética

Poética

Un equipaje sobrio
–una escueta sintaxis despojada
y dos pronombres falsos–
para un fin de milenio. Inservible el amor:
ese es el tema. –¿Acaso no me oyes?
¿No basta imaginar que oyes cómo escribo
para que me parezcan
rentables el hastío y la escritura?
–Desherédame, lengua. No te sirvo.
No acudo a las palabras limpiamente.
Solo acaricio aquellas que me queman
y que saben a labios o a odisea.
Solo quiero adular a la familia
de las palabras muertas del amor.
Será inútil seguir. Queda solo un pronombre.

Aurora Luque (1962, Almería, España), Carpe noctem, Ed. Visor, 1993

De la publicidad

De la publicidad

Reportaje de moda en Marrakech.
Tres loin de l’innocence este perfume.
Una fotografía retocada
con acuarelas suaves. Si desea
reparamos su piel. Esta revista cuenta
familiares parábolas al fin:
de cómo maquillar los sueños agresivos
o cómo estilizar la derrota y el tedio.
Perfumada de Armani
la nada es altamente soportable.

Aurora Luque (1962, Almería, España), Problemas de doblaje, Ed. Rialp, 1990

Plegaria

Plegaria

La vida se intensifica y, llena de sí misma, toca un punto
más allá del cual no llegaría sin romperse.
Luis Cernuda

Soy una miserable suplicante.
Vengo a pedirte, otra vez, el acorde.
Llévame a donde quieras. Mi voz suplica siempre
al dios que abre la puerta del acorde.

Aurora Luque (1962, Almería, España); Poemas para la siesta de Epicuro, Ed. Visor, 2008

Fecha de caducidad

Fecha de caducidad

Con el traje de junio
la vida se mostraba casi dócil
entre toallas verdes y amarillas
y lycra luminosa compartiendo
fronteras con la piel. Olor a mar templado
y la pereza cómplice
de olas y bañistas: era propicio hundirse
en esas lentejuelas soleadas del agua
o en las selvas pintadas sobre los bañadores,
desmenuzar el velo finísimo de sal
de unos hombros cercanos
y posponer la noche y su aventura.
Parecía la vida un puro litoral
pero avanzó una sombra:
al borrar con saliva la sal de la mañana
pude ver la inscripción junto al omóplato:
FRUTA PERECEDERA. Consumir
de preferencia ahora. El producto se altera fácilmente,
antes que los deseos. No se admiten
reclamaciones.


Aurora Luque (1962, Almería, España), Carpe noctem, Ed. Visor, 1993

Eau de parfum

Eau de parfum

De la infancia, el olor
del musgo en las acequias, del barro, de las moras
y la extrema violencia de aprenderse.

Del mar, la última nota
de la última ola desplegada
antes de regresar y convencernos
de que no habrá sirenas.

De la noche, las leves veladuras
de un perfume italiano
todavía de moda.

De tu cuerpo, el aroma
de libro de aventuras
vuelto a leer; pero también de adelfas
desoladas y ardiendo.

Huele a vida quemada.

Aurora Luque (1962, Almería, España), Problemas de doblaje, Ed. Rialp, 1990

No reciclable

No reciclable

El tiempo descuartiza el recuerdo
J. A. Garriga Vela   
             

Deberían barrer estos despojos.

El envase del tiempo, su envoltorio,
su estuche acartonado, su vidrio desechable,
la cueva primordial, las alcobas del tiempo,
las mansiones perdidas, las arcas perfumadas,
su traje de madera, sus maletas azules,
la cáscara amarilla y las bolsas anónimas,
la jeringa, la cápsula, el gotero invertido,
el deseo y sus larvas, sus crisálidas huecas,
sus vuelos cancelados, las gardenias marchitas,
el nocturno almacén, la nave congelada,
el sucísimo altar del carnicero.

Deberían limpiar estos residuos.

Aurora Luque (1962, Almería, España), Transitoria, Ed. Renacimiento, 1998

Tuneando al pirata cojo

Tuneando al pirata cojo


(Léase recordando la encantadora música de Joaquín Sabina)


No soy una chica con la lágrima fácil,
De esas que se quejan sólo por vicio.
La vida no se deja ni coger de la mano
y me escupe: -Tú no sabes mi oficio.
Aunque sale caro hasta soñar
y disfruto con mi encarnación,
con un poco de imaginación
partiré de viaje enseguida
a vivir otras vidas,
a probarme otros nombres,
a colarme en el traje y la piel
de las mujeres
que tal vez seré.
Ser Michelle en Chicago,
Pasionaria en las minas,
Camille en Montparnasse;
guerrillera en Colombia,
ménade por las noches,
Juana de Arco en Orleáns.
Reportera en Sodoma,
amazona en Turquía,
en Siberia ser tren;
¿chica Bond? Ni lo sueñes;
trapecista en el bosque,
Eleonora en Napolés.
Colette en Montecarlo,
un buen vino en tu boca,
Sontag en Nueva York;
la poeta del barrio
aunque sé que no toca,
hereje en religión.
Levitando, Teresa,
doña Pepa por Cádiz,
Marianne en París;
Mariana en Granada,
bodeguera en Burdeos,
prima de Thelma y Louise.
Nadadora en Australia,
insumisa en la tierra,
Liza en su cabaret;
escritora en tu espalda,
con Rossini soprano,
la que quemó el burdel.
La Zambrano en La Habana,
Isadora en Atenas,
y Zinda en Angolá;
nómada por tu cama,
directora en Viena,
por Oriente, Calaf.
Libertad en Mahattan,
Ágata detective,
Vanessa en Camelot;
guionista en tus sueños,
Nausica fugitiva,
sirena en tu colchón.
Alpinista en el Tíbet,
Lisístrata en la guerra,
Murasaki en Japón;
ser un río en la India,
Aphra Benn por los mares,
y Frida en Mexicó.
Pero si me dan a elegir
Entre todas las vidas, yo escojo
la vida de gaviera que trepa por el palo,
con ojos abiertos, telescopio en la mano,
curtida en el mar, capitana
de un barco que tuviera por bandera
un par de alas y una estrella nueva.

Aurora Luque (1962, Almería, España); Gavieras, Ed. Visor, 2019 (XXXII Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe)

« Entradas anteriores Entradas siguientes »

© 2025 Poemancia

Tema por Anders NorenArriba ↑